LA MUERTE DE UN ANARQUISTA

por David Flores Magón Guzmán (Extracto del artículo «El ocaso de un rebelde: los últimos años de Ricardo Flores Magón) La madrugada del 21 de noviembre de 1922 se notificó oficialmente la muerte de Ricardo

por David Flores Magón Guzmán

(Extracto del artículo «El ocaso de un rebelde: los últimos años de Ricardo Flores Magón)

La madrugada del 21 de noviembre de 1922 se notificó oficialmente la muerte de Ricardo Flores Magón en la penitenciaría de Leavenworth. Este acontecimiento creó una crisis pública entre varios actores, entre ellos Enrique Flores Magón, María Talavera Brousse, las agrupaciones obreras, los grupos propresos políticos y los gobiernos de México y Estados Unidos. El fallecimiento de Flores Magón se caracteriza por ser una muerte “dramática”, que se entiende como un sacrificio hacia la lucha obrera y la causa del proletariado.

Existen tres versiones del fallecimiento de Ricardo. La primera de ellas es la oficial, proveniente de la penitenciaría de Leavenworth: muerte natural a consecuencia de un paro cardiaco; la segunda señala un asesinato, versión que sostuvieron Enrique Flores Magón y Librado Rivera, este último dijo haber visto el cadáver con marcas de estrangulamiento, y acusó a los guardias del penal de perpetrar el acto.

Penitenciaría de los Estados Unidos, Leavenworth

La tercera versión es la tesis más fuerte ya que combina las dos primeras percepciones como metáfora. Se dice que Flores Magón murió “asesinado” por la justicia estadunidense. Es decir, las condiciones de salud en las que se encontraba, y que jamás consideró la autoridad como atenuante para liberarlo. Al igual que durante el proceso en que se intentó liberar a Ricardo, los discursos de la muerte de Flores Magón giraron en dos direcciones: el rechazo al gobierno estadunidense y al imperialismo.

Además, la figura de Ricardo Flores Magón después de su muerte la construyeron discursivamente sus simpatizantes y lo representaron como a un apóstol, un mártir o un maestro. En los discursos se encuentran elementos hagiográficos, que revelaban una clara influencia cívica-sagrada en cómo se esbozó la figura de Flores Magón. Se le atribuían méritos excepcionales diferentes del resto de los hombres de su época. Es decir, la figura de Ricardo Flores Magón se edificó con elementos sacros desde el punto de vista cívico, que lo proyectaron como un héroe popular para los trabajadores simpatizantes en ambos países.

La noticia de la muerte rápidamente se difundió en la prensa izquierdista y oficial en Estados Unidos y México. Los encabezados rebelaron duelo, conmoción y reclamos a la justicia estadunidense. La mayoría de las protestas se dirigieron especialmente al procurador general Hary M. Daugherty y al presidente de Estados Unidos Warren Gamaliel Harding. A ambos se les acusó, a través de telegramas, de conspiración contra Flores Magón; ellos evitaron que saliera de prisión para que lo atendieran de sus enfermedades, así “provocaron” su muerte de forma cautelosa. En general, la muerte de Flores Magón causó movilizaciones de trabajadores en México y Estados Unidos, y reactivó las protestas a favor de los presos políticos en casos similares a los de Ricardo.

En un cartón político publicado en el periódico estadunidense The New York Call el 23 de noviembre de 1922, se representa al procurador general Hary M. Daugherty y a la muerte dándose un apretón de manos sobre el cadáver de Ricardo Flores Magón. Esto significaba el cierre de la alianza entre ambas partes. El contexto de la ilustración es el interior de la penitenciaría de Leavenworth y se observa una nota debajo del cuerpo de Flores Magón en la que se describe que fue un prisionero político muerto en la cárcel tras cumplir cinco de una sentencia de 20 años. La imagen en su conjunto representa el pensamiento generalizado dentro de los círculos obreros durante su muerte y los funerales de Flores Magón en 1923.

[Cartón político de Fran Walt] (23 de noviembre de 1922). “man’s dead; that’s all; lots die”, The New York Call (Nueva York). CDFM, México.

La American Civil Liberties Union (ACLU), fundada en 1920 por Crystal Eastman, Roger Baldwin y Walter Nelles, organizó una protesta contra el presidente Harding por el fallecimiento de Ricardo Flores Magón. La ACLU envió al presidente Harding una carta, fechada el 22 de noviembre de 1922, escrita por su presidente, el reverendo Harry F. Ward y el director Roger N. Baldwin, defensores de los derechos civiles. En la carta señalan que la mala salud de Flores Magón era conocida desde años, y que de no haber sido negativa su atención médica o deportación, seguramente Ricardo seguiría con vida. La carta argumentó también que era una oportunidad para resolver los casos de los presos políticos enfermos en las diferentes cárceles del país. Incitó al presidente Harding a no repetir el mismo error que tuvo en el caso de Flores Magón. En Estados Unidos la muerte de Ricardo fue una coyuntura para comenzar a presionar al gobierno para que considerara cientos de casos de prisioneros políticos que aún se encontraban detenidos en diversas cárceles.

En un extenso reportaje presentado en el New York Call, del 22 de noviembre de 1922, se incluyó el texto de Charles W. Ervin, quien escribió un breve relato sobre el “asesinato” de Ricardo Flores Magón, escrito con un lenguaje de connotaciones sagradas. Ervin convocó a seguir luchando por los presos políticos que continúan encarcelados, culpó al procurador Daugherty y lo tachó de verdugo de Flores Magón, haciendo una comparación con Tomás de Torquemada, inquisidor durante el Siglo XV, y con Poncio Pilatos:

Magón fue asesinado por el hombre que era su verdadero carcelero, como si Daugherty hubiera estado presente en la cámara de tortura y con sus propias manos hubiera aplicado todos los instrumentos horribles de la época de Torquemada. Las manos de Daugherty están más profundamente teñidas con la sangre de esta noble mártir de la libertad que las manos de Poncio Pilatos con la sangre del carpintero judío. La grandeza del Nazareno al menos trajo un tributo de los labios del gobernador romano, mientras que todo lo que hizo el barrigón [refiriéndose a la complexión física de Daugherty] […] fue que las puertas de la cárcel no se abrieran a esta noble alma porque no estaba “arrepentido”.

Por su parte, el abogado de Flores Magón, el señor Weinberger, escribió una breve carta al procurador Daugherty, en la que le cuestionó los reportes médicos presentados: “Recibí un telegrama este día que decía que Ricardo Flores Magón, prisionero político, murió de una enfermedad cardiaca. Todos los reportes de los médicos de que estaba en perfecta salud parecen muy breves ahora ¿no lo cree?” El abogado Weinberger se refiere a Flores Magón como una figura mundial, que colaboró decididamente en forjar la patria mexicana: “Magón ocupará un puesto prominente entre los grandes libertadores del mundo. Cualquiera que sea la libertad política y económica que disfruta en nuestros días el pueblo mexicano, se la debe a los esfuerzos de hombres infatigables como Magón.”

En distintos diarios y semanarios se publicaron obituarios o “pensamientos” en honor a Ricardo Flores Magón. La mayoría de estas reflexiones enfatizaban el mismo discurso sobre su injusto fallecimiento, sus padecimientos físicos y su gran labor como pensador y educador de los obreros.

MAGON´S FRIENDS WRITE. The New York Call, 23 de noviembre de 1922. CDFM, México.

En el periódico neoyorquino The New York Call se publicó un cartón político que muestra al presidente Harding con la llave “maestra” que decide quién es liberado y quién encarcelado. Sobre la mesa en donde se encuentra recargado Harding, se encuentra la Constitución de los Estados Unidos de América, representando la corrupción e injusticias del gobierno estadunidense. En la primera celda el letrero anuncia que todos los espías están fuera. En la segunda celda dice que los especuladores han sido todos liberados y miles no han sido procesados. Y en la tercera celda dice: todavía encarcelados por sus opiniones. Aquí se vuelve a resaltar el castigo al discurso, a la opinión, y no al comportamiento o acción. La caricatura demanda la libertad de todos los prisioneros encarcelados por opiniones de guerra.

En la ciudad de México también la noticia tuvo reacciones y movilizaciones en torno a Flores Magón. El periódico El Heraldo de México reportó la noticia y anunció que el suceso había “caído como bomba entre los elementos radicales de esta ciudad”, y que se realizarían manifestaciones en honor a Ricardo:

«la muerte de Flores Magón ocurre precisamente en los momentos en que se estaba haciendo activas gestiones para pedir su libertad. Se tenía dispuesta una manifestación de protesta en ese sentido, preparando un memorial para el Presidente Harding y ahora se llevará a cabo, pero con carácter de condolencia por la muerte del líder rojo y de protesta contra las autoridades americanas […] se pronunciarán discursos candentes, haciéndoseles el cargo a las autoridades de los Estados Unidos, de que son las responsables de la muerte de Flores Magón, por los inhumanos tratamientos a que lo sujetaron, considerándosele como un apóstol y un mártir.

En los periódicos oficialistas, o contrarios a la figura de Ricardo, también se informó, aunque en forma breve, el fallecimiento con otros matices discursivos. “Fuera de estas opiniones vertidas dentro del limitado círculo del socialismo americano, la muerte de Flores Magón no ha despertado ningún interés en el resto de la opinión.” En otra nota publicada por Los Angeles Times se informó que “Ricardo Orleans Magon [sic] nombrado a sí mismo anarquista comunista y anteriormente un agitador radical, murió ayer de enfermedades cardiacas”.

Durante este tiempo se presentaron varias opciones para resolver el entierro. Se manejaban versiones que indicaban que transportarían a Ricardo a la ciudad de México o lo sepultarían en Los Ángeles, California. Los más de 40 días que el cuerpo de Ricardo Flores Magón permaneció en Los Ángeles tuvieron una repercusión binacional entre los gobiernos y los sindicatos obreros de México y Estados Unidos. Existía un clima de indecisión respecto al traslado del cuerpo de Ricardo Flores Magón, principalmente entre su hermano Enrique y su esposa María, quienes llevaban años sin hablarse debido a la ruptura entre los hermanos en 1918, antes de que fuera condenado Ricardo a 20 años de prisión. Asimismo, el sector obrero radical de ambos países y líderes de izquierda estadunidense querían ser parte del cortejo y la organización de la honra fúnebre. El cuerpo embalsamado de Ricardo Flores Magón permanecería en un estado liminal que cubría de incertidumbre la resolución de su funeral realizado en 1923. Finalmente, la Alianza Ferrocarrilera de México fue la encargada de realizar su traslado de la frontera norte hasta la ciudad de México para ser enterrado en el Panteón Francés.

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