LA VIRTUD DE LA DESOBEDIENCIA

RESEÑA DE PINOCHO DE GUILLERMO DEL TORO Después de quince años de producción, Guillermo del Toro finalmente estrenó su versión del clásico cuento de Carlo Collodi, Le avventure di Pinocchio. Storia di un burattino. Una decisión bastante audaz, dado

RESEÑA DE PINOCHO DE GUILLERMO DEL TORO

Después de quince años de producción, Guillermo del Toro finalmente estrenó su versión del clásico cuento de Carlo Collodi, Le avventure di Pinocchio. Storia di un burattino. Una decisión bastante audaz, dado que Disney estrenó en el mes de agosto el live-action de Pinocchio (presupuesto de 150 millones USD), sin embargo, Del Toro y Mark Gustafson no solo lograron crear un éxito entre el público, sino que también le dieron un nuevo aire, sin quitar los momentos clave que vuelve tan atemporal y querida a la historia.

Con un presupuesto de tan solo 35 millones de dólares, se tomó la acertada decisión de utilizar el stop-motion; creando un vínculo entre el animador, los actores y la marioneta, a diferencia de las películas live-action, las animaciones tienen un minucioso proceso de planeación, se vuelven casi perfectas y pulcras lo cual les quita esa naturaleza humana de equivocarse. Es por eso que Del Toro resalta las imperfecciones en cada fotograma de la película. Desde la anatomía asimétrica de Pinocchio, resultado de la noche de ebriedad y vulnerabilidad emocional de Geppetto; los tropiezos o fallas motrices que tienen los personajes; la forma en la que pronuncian las cosas; hasta como se diferencia Pinocchio de moverse y hablar rígidamente como lo haría una marioneta de madera a diferencia de los movimientos mas fluidos de los personajes humanos.

Esta película que, a pesar de ser animada, no es exclusivamente para niños, está cargada de lecciones de vida y momentos únicos que cualquier persona puede disfrutar y apreciar.

Del Toro muestra a un Pinocchio rebelde, curioso y con una fascinación o energía por la vida como la desearía cualquier niño y por ende es bastante desobediente; algo que genera cierto fastidio en todas las personas del pueblo. Geppetto, por su parte está en su propio proceso de luto por la muerte de su hijo Carlo, al mismo tiempo que procura ser el mejor padre para Pinocchio.

Al regresar la temática de la Italia fascista a la película Del Toro retoma este concepto de la obediencia ciega, sobretodo el de la infantil, el hacer lo que se te dice, cómo y cuándo se te dice. Los niños tienen que ir a la escuela, los varones a “defender” su patria y cualquiera que desafía o cuestiona estas reglas sufre consecuencias. Ninguno de los adultos en el filme considera esta desobediencia innata de los niños como una virtud. A Volpe, reminiscencia de todos los villanos encontrados en el cuento original, le genera rabia que el protagonista no sea dócil como para que él pueda hacer su espectáculo de marionetas tranquilamente y ganar dinero; a Podestà le decepciona, que tanto su hijo Candlewick como Pinocchio no puedan ser los soldados perfectos que él espera. Y principalmente a Geppetto aferrado en comparar constantemente a Pinocchio con su hijo, quién espera que sea una especie de reencarnación del Carlo obediente y amoroso que él conocía, en donde Geppetto puede volver a ser visto como un padre y un ciudadano modelo a ojos de la sociedad.

Después de recibir el regalo de la vida por parte de la Guardiana, Sebastián J. Grillo le encomendaron el trabajo de ser su brújula moral, un trabajo bastante complicado dado que Grillo, al igual que Geppetto y que los demás personajes, tienen una moralidad y ética bastante subjetiva, sus propios problemas y vivencias que nublan de cierta forma su juicio. Lo que para él puede ser la forma correcta de proceder ante una situación para alguien será la manera incorrecta, y que ciertamente para Pinocchio no era la esperada. Como cualquier niño al inicio de su vida él se orienta por lo que sus guardianes o padres le van mostrando, pero al salir a conocer el mundo y participar en la sociedad, como suele pasar mayormente a partir de la pubertad, va desafiando estas cosas que conocía de casa, creando su propia conciencia y dándose cuenta qué le funciona y qué no para posteriormente en la adolescencia y en la adultez llevarlo a cabo completamente.

A lo largo de la película puedes ver este crecimiento y madurez que van generando de forma individual los personajes principales. Desde el mono Spatzzatura que recapacita sobre su relación con Volpe y decide unirse para ayudar a Pinocchio hasta Grillo quien renuncia desinteresadamente a su deseo y regresa a la vida al protagonista. Esta versión de Guillermo del Toro es una lección para apreciar el valor de la vida y del presente; el duelo por la perdida de un ser querido; querer y aceptar a los demás como son y también querernos con todos nuestros defectos y el proceso que involucra descubrir nuestra identidad. Todas estas lecciones se vuelven cualidades que rompen la idea ya programada que teníamos de lo que significaba para Pinocchio ser un niño de verdad, que a diferencia del clásico de Disney el niño de madera se transforma gracias al amor que le tiene su padre, aquí éste Pinocchio lo logra por el sacrificio, el aprendizaje, el cariño, la madurez que fue consiguiendo a lo largo de su aventura sin tener que cambiar necesariamente de aspecto físico. Vuelve el ser un niño de verdad una cualidad y una virtud más que una forma de verse.

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